#parirenduelo

Yo también parí a mi bebé sin vida. Perdí a mi bebé de 13 semanas por un aborto diferido. Su corazón se detuvo y con el también el mío.

Después del parto de Lorenzo, yo añoraba tener un parto en casa, respetado, en intimidad, rodeado de amor y cuidado.

Este bebé que fue fugaz y que me dolió tanto, me trajo ese gran regalo. Yo parí a mi bebé sin vida en la semana 13 en un parto en casa rodeado de amor.

Parí con dolor pero empodrada, las contracciones le abrirán paso mientras mi alma se partía en pedazos.

Parí acompañada y sostenida por mi pareja, por sus brazos cálidos y su presencia sutil y fuerte.

Parí con mantras y aceites esenciales que me ayudaron a transitar el proceso desde otro lugar.

También parí con miedo porque hubieron profesionales que no me informaron ni me apoyaron en la decisión que tome.

También parí con miedo de ver a mi bebé sin vida, de cogerlo en mis manos y despedirle.

También parí con miedo por no saber qué esperar.

Y así, parí a mi bebé entre la vida y la muerte, el gozo y el miedo, la magia y la tristeza.

Nació y se fue de este plano físico, pero permanece en lo infinito, en lo eterno, en lo sublime.

Parir y encontrarte con la muerte no es fácil, pero si miras detenidamente y te abres paso a sentir, te darás cuenta que ahí más que muerte hay vida.

Te abrazo fuerte si te ha tocado transitado esta vivencia.