top of page

El dolor que se escucha sana

  • mriveroandere2
  • 22 abr 2021
  • 2 Min. de lectura

Desde que somos pequeños recibimos múltiples mensajes para evadir y reprimir el dolor. Nos dicen constantemente “No te paso nada”, “No llores”, “No es para tanto” entre muchas otras.


Esas frases sutiles aparentemente sin importancia son en realidad la manera en que la infancia integra sus maneras de regular lo que les sucede en la vida.


Y esas frases, esa voz, esa manera de estar en el dolor que aprendemos cuando somos pequeños se integra, se hace nuestra, se convierte en el barco que nos llevará a reaccionar ante las tormentas.


Creo fundamental poner atención a lo que les decimos a las niñas y a los niños que acompañamos cuando transitan sus primeras experiencias de miedo, dolor, desagrado, tristeza o ansiedad. Ahí está lo que realmente tiene peso para la regulación de emociones.


Reprimimos desde muy pequeños por que en nuestra mochila tampoco hay recursos o herramientas para hacerlo distinto. No sabemos como actuar porque que con nosotros se hizo lo mismo, sin embargo, es fundamental que empecemos a cambiar y que nos demos cuenta de como reaccionamos cuando estamos frente a una niña o un niño que se cae y llora, que tiene miedo, que siente dolor.


Distraer es una forma fácil para que la emoción pare y muchos adultos cuando acompañan a los niños la utilizan. Poner la atención en otras cosas, suele producir una solución momentánea que deja la emoción dentro y que además se asocia la distracción para en un futuro poder recurrir a ello.


No me extraña que hoy en día el consumo de antidepresivos y ansiolíticos sea tan grande, no me extraña que en el momento que la vida nos presenta una situación compleja nuestra forma de reaccionar sea huyendo. Aprendimos a tapar todo aquello que nos duele sin realmente vivirlo.


Para poder acompañar a la infancia en la regulación de emociones y trabajar en las nuestras hace falta validar, dar espacio, abrazar y saber estar en todo aquello que esa situación despierta.


Poder vivir con consciencia, sin juicio y mucha presencia cualquier emoción por más insoportable que nos parezca al principio.

Una emoción que sale, que se escucha, que encuentra lugar nos lleva a sanar por dentro.


Te invito a detectar y reflexionar, ¿Qué haces ante el dolor?, ¿Cómo lo vives?, ¿Lo distraes?, ¿Te das permiso de sentirlo?, ¿Cómo te sientes cuando alguien esta triste?, ¿Cómo le acompañas?.


Recuerda que tú voz será su voz, dale espacio a lo que se te despierta y acompáñate y acompaña desde ahí.

 
 
 

コメント


© 2020 Psicóloga Perinatal e Infantil - Mónica Rivero Andere

bottom of page