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MaternidadES

  • mriveroandere2
  • 10 may 2021
  • 2 Min. de lectura

Me gustaría contarte un poquito de mi transitar como madre a través de mis 3 hijos, dos que materno en el corazón y uno en vida.


Este mes de Mayo al ser día de las madres siempre se me despiertan emociones que muchas veces no sé donde colocar.

Emociones agradables y emociones desagradables que coexisten desde hace tiempo y que en fechas o situación especificas resurgen y me hacen pensar, reflexionar y cuestionarme algunas cosas.


Mi maternidad no inició como la tenía pensada, tras mucho tiempo intentando quedarme embarazada y una pérdida gestacional (embarazo ectópico), todo en mi vida dio un giro y cambio por completo.


Cuando te roban la inocencia de una maternidad "perfecta" cuando te arrebatan de las manos esa falsa idea de control que tenemos todas, cuando la vida no te pide permiso y se lleva no solo a tu bebé sino tus sueños, tus deseos, tu mundo, nada puede volver a ser igual.


Así después de un tiempo, la vida me regalo a Lorenzo y con él un embarazo con mucho miedo y con mucha ilusión a la vez que se calmó cuando lo tuve en mis brazos y lo sentí cerca.


Mi tercer hijo termino en un aborto diferido en la semana 13 de gestación y me dejo paralizada, tras un proceso largo que he contado en escritos anteriores, logre soltar y dejarle ir.


Por esa razón para mí, la maternidad dejo de ser rosa desde sus inicios. He podido comprender a lo largo de mi vivencia, que la maternidad es compleja y no siempre bella, que la vida esta unida a la muerte desde sus inicios y que no todos los bebés viene para quedarse mucho tiempo.


Aún así, soy madre de tres y siempre lo expreso así. Tres maternidades distintas y cada una con su proceso y su transformación, porque cada bebé nos lleva a una revolución y a un cambio interno que es difícil de explicar.


Los bebés fugaces, aquellos que no se quedan con nosotros mucho tiempo hacen cambios realmente potentes en todos los niveles. Cambios en nosotros como madres pero también cambios en el sistema familiar.


Estos bebés dejan sus células en nuestro interior por mucho años y así de fuerte es su huella en nuestra parte emocional. Trascienden más allá de lo que podemos entender o explicar con palabras.


Soy madre de tres aunque solo puedas ver uno en mis brazo. La maternidad me ha llenado de consciencia y sensibilidad, he vivido momentos complejos y momentos preciosos, cada uno con su propio valor y su marca.


Maternar es un privilegio en cualquiera de sus formas, es amor infinito, es un sol eterno que te iluminará siempre aunque no le puedas ver.


Un abrazo mamá valiente

 
 
 

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© 2020 Psicóloga Perinatal e Infantil - Mónica Rivero Andere

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